Transformar a los partidos
Esta semana Opciona presentó la segunda medición del Corruptómetro, un ejercicio que busca proveer a la sociedad de información relevante, oportuna, veraz y útil para fortalecer a México. En esta entrega exploramos las percepciones de los mexicanos sobre la honestidad de los partidos políticos, las candidaturas independientes y los tres principales aspirantes independientes a la Presidencia de la República. Los resultados, por decir lo menos, son reveladores.
Primero, aunque todos los partidos son percibidos como poco honestos, se registra una variación importante en las percepciones. El partido con mayor nivel de percepción de honestidad es Movimiento Ciudadano, que se encuentra empatado con la marca de los independientes, con 41% de los mexicanos creyendo que lo son. En segundo lugar se encuentra Morena, con 39% de los mexicanos considerando que es un partido honesto. En tercer y cuarto lugar está Nueva Alianza y Encuentro Social, con 37 y 32% respectivamente. En sexto y séptimo lugar se encuentran empatados el PAN y PVEM, 29% de los mexicanos consideran que son partidos honestos. Después viene el PT, que tiene 28% de percepción de honestidad. Los últimos dos partidos son el PRD, con 20% y finalmente el PRI, con 14%.
Segundo, si bien 41% de los mexicanos creen que las candidaturas independientes son honestas, ninguno de los tres principales aspirantes independientes a la presidencia —Pedro Ferriz, Jorge Castañeda y Jaime Rodríguez ‘El Bronco’— es percibido como más corrupto que honesto. Mientras 56% de los mexicanos perciben a Ferriz como honesto y 34% como corrupto, 43% perciben a Jorge Castañeda como honesto y 41% como corrupto. ‘El Bronco’ ocupa una posición neutral, al ser percibido como honesto por el mismo porcentaje de mexicanos que lo perciben como corrupto (44%).
Estos datos nos permiten sacar dos conclusiones de gran relevancia. Primero, los partidos políticos se encuentran ante enormes retos para representar de manera eficaz a la ciudadanía y de servir como instrumentos para que los ciudadanos participemos en la vida pública. El hecho de que ninguno de los partidos sea percibido como más honesto que corrupto implica que hay un tramo en el proceso de representación que estas organizaciones no logran articular completamente. Inclusive las candidaturas independientes, identificadas como una alternativa a los partidos, son percibidas como más corruptas que honestas.
En este contexto, el reto que enfrentan los partidos políticos es mayúsculo. Para recuperar la confianza de los mexicanos no bastará con la creación de comisiones intrapartidistas para dar seguimiento a un puñado de escándalos. Los partidos necesitan abrirse a la competencia, construir plataformas que respondan a las principales demandas sociales, permitir que cualquier mujer u hombre compita y acceda a las candidaturas por méritos propios, y comportarse en congruencia con la honestidad que predican.
Segundo, las candidaturas independientes no son la panacea en comparación a los partidos, son un vehículo percibido como más o menos neutral para que cualquier persona —honesta o no— compita por un cargo de elección popular. En este sentido, no deben ser vistas como un fin en sí mismo ni como el remedio a los problemas de representación de los partidos. Las candidaturas independientes son parte de un proceso de reconfiguración largo y profundo del sistema de partidos políticos; un proceso del cual también son parte Morena, que día a día desplaza al PRD como el principal partido de las izquierdas, y Movimiento Ciudadano, que destaca por ser el partido percibido como menos corrupto. En el mediano y largo plazos, el reto no es construir candidaturas independientes competitivas y cercanas a la ciudadanía, sino reconfigurar de raíz el sistema de partidos políticos. Necesitamos partidos que respondan a las necesidades de una sociedad muy diferente a la de los años ochenta y noventa, cuando se redactaron las leyes que dieron vida al actual sistema de partidos políticos.
El mensaje es claro: necesitamos mejores partidos políticos, donde los ciudadanos podamos participar con mayor apertura. Para arreglar este problema, es necesario que los partidos en su conjunto tomen medidas necesarias para mejorar de manera significativa los niveles de representación y participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Sobre todo, hay que reconocer esta realidad frente al proceso de cambio del sistema de partidos, que parece no tener reversa. En este proceso largo y tendido que es la representación política, no debe haber otro ganador que no sea la ciudadanía.
@gustavoriveral
El texto original fue publicado el 23 de septiembre de 2016 en Animal Político
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